Sonidos de una música gitana, rompen el silencio.
Cuando el día cae y las sombras se levantan,
De en medio de la nada, entre el perfil de la luz de la luna
Y el parpadeo de las estrellas.
Emerge la silueta de una mujer,
Que es sueño, ilusión, magia y seducción.
Con paso calmo, como si danzara en el viento,
Llega a la orilla del lago de sus sueños.
Primero fue un momento,
El la miro, desde el fondo del abismo negro.
Ella lo vio, solo lo vio,
Con sus ojos de luz.
Y así pasaron las horas, contemplándose.
Desde la infranqueable distancia,
Que son las sombras y el tiempo.
Con el pasar de los días, las semanas y los meses,
Asistieron a su encuentro nocturno.
A su cita de amor noctámbulo, bajo el farol de plata.