Para las hadas en concreto, la música es una verdadera pasión, siendo todas ellas muy diestras en el manejo de los instrumentos. Suelen formar siempre coros en los que cantan y bailan sin parar incluso hasta seis o siete años seguidos. (En el transcurso de estas danzas no se las debe molestar, pues se enfadan muchísimo y pueden llegar a cometer caprichosas calamidades e increíbles catástrofes debidas al malhumor.