Jesus no vino a este mundo para presumir de origenes ilustres o antepasados famosos, por mas q eso se considere importante para prestigiar a un mensajero divino. Si algo hay claro en los evangelios, es precisamente lo contrario. Jesus vino a quitarnos los humos de ridiculas grandezas. Porq sabia muy bien q nuestro orgullo es una de las muchas manifestaciones de nuestros inconfesables sentimientos... de omnipotencia, anhelos turbios q nos dividen, nos distancian y nos enfrentan...