Las tradiciones más antiguas y las investigaciones actuales coinciden en que el hombre es un receptor y transmisor de energía al igual que los cristales. Por lo tanto podemos encontrar en sus diversas variedades las cualidades que vibran en sintonía con nuestros cuerpos.
En un lugar mágico, donde se percibe la energía de la naturaleza y rodeada de una vegetación agreste se encuentra Wanda, una ciudad famosa por su mina de piedras semipreciosas que afloran a ras del suelo dejando ver gemas en bruto de inconmensurable belleza y gran poder energético.
Un cristal de geoda es un ser mineral que requiere de protección y cuidado especial por parte del que lo posee.
De todas las maravillas naturales de la tierra, las geodas, los cristales y las piedras han sido duraderas y en ellas se manifiestan los cambios cíclicos de evolución hasta nuestros tiempos. Las geodas contemplan la vida de quien las posee para estabilizarlo en su transitar terrenal, creando una armonía permanente a la que se le denomina escudo psíquico protector.
Los cristales y gemas se utilizan cotidianamente como armonizadores ambientales o personales, en diversas disciplinas:
Yoga, Reiki, meditación...
En gemoterapia, para la sanación de enfermedades, activación de chakras, apertura y armonización. Trastornos psicológicos y espirituales.
En radiestesia en forma de péndulo para realizar investigaciones de cualquier tipo.