Descienden al mundo físico
después de mucho tiempo en el mundo astral y mental,
pues las frecuencias que se mueven
en este mundo les produce mucho sufrimiento.
Cuando lo hacen, están entre nosotros alrededor de 100 años.
Trabajan en lo que se llama composición cromática,
que es darle color a todo lo que existe.
Sabemos que todo es energía.
La energía tiene color, sonido y vibración.
Por lo tanto, todo tiene color;
la velocidad de nuestros ojos nos impiden verlo,
pero eso no significa que no exista.
Cada color, por ejemplo de una flor,
significa una experiencia,
una vibración que ese ser debe vivir;
cuando alteramos su tono
estamos perturbando su crecimiento,
obligando a nacer nuevamente a ese ser en la tierra,
hasta que viva el color que le corresponde.
Colaboran con el hombre trabajando
sobre sus proyecciones mentales,
controlan los elementos como fuego, aire y agua.
Elaboran sus cuerpos, según su evolución,
no pudiendo ser más hermosos que lo que les corresponde.
Forman parejas, en las que se intercambian Poder.
Son una expresión de esa frecuencia,
por lo tanto para ellas el Poder es todo:
alimento, recreación, amor.
Dar y recibir Poder es la razón principal de su existir.
Cuando forman una pareja
que no les da el Poder que necesitan,
sin rencores, ni peleas, siguen cada cual su camino.
Después que pasaron ese período de 100 años
entre nosotros en diversas actividades,
retornan al plano astral
donde se preparan para manejar
un elemento en forma específica.