domingo, 17 de octubre de 2010

Dedicado a todas las Madres que han perdido a sus hijos, por las acciones de otros, por las omisiones de tantos, por la culpa de todos. Y a las que va


De hadas y ángeles

Hay quien no cree en un dios, pero cree en los ángeles. Hay quien dice que sólo los niños hablan y ven a los que ya no están aquí. Hay quien cree que las hadas están en la vida real, además de en los cuentos. Y estamos los que no creemos en nada pero nos ilusionan pequeños encuentros.

Cuando Helena tenía unos seis años, murió su abuelo paterno. Y todos tratamos de ocultárselo porque sabíamos lo que ella lo quería.

Pasado unos días, ella misma lo dijo: mamá, el abuelo se ha muerto ¿verdad? Sí, hija. Y en vez de restarle importancia tratar de consolarla, fue ella la que tuvo palabras de consuelo.

"Pero no importa mamá, me decía como intentando animarme. No importa porque se vuelve a nacer ¿verdad?

No sé de donde se sacó ella esa idea.

Yo no sabía que decirle. Tampoco necesitaba mentirla para consolarla porque parecía que lo tenía muy claro y muy asumido. Y le contesté lo más sinceramente posible: No lo sé. Nadie ha vuelto para decirlo.