El thrauku o thrauko, es el espíritu de las montañas para los mapuches y tehuelches del noroeste de la patagonia argentina y los araucanos chilenos.
Su presencia es aterradora, ya que mide más de dos metros de estatura, es sumamente fornido y arrastra una cabellera y una barba de una legua (5km) de largo. Sin embargo también como otros duendes cambian de apariencia ya que es polimórfico.
El fir yaraga y fear dearg, significan, literalmente “hombrecillo rojo” y corresponden, respectivamente, al condado de Donegal, al noroeste de Irlanda, la primera descripción dice que es una criatura gigantesca, con aspecto de anciano, vestido con gabán rojo y cerrado en el cuello y largo hasta los pies, rostro arrugado, larga barba gris y con un gorro escarlata. Otra definición sin embargo lo describe como un viejecito de dos pies y medio de estatura (60cm a 70cm), con manos y pies de dedos sarmentosos, provistos de largas garras, piel mas clara y pelo y barba rojos. Estos duendes hacen bromas más que pesadas, bastante macabras y hasta letales.
Los berbalangos, a pesar de ser considerados seres mágicos por los aborígenes, los antropólogos han sugerido la posibilidad de que se trate de criaturas pertenecientes a cierta escala de evolución ( o involución) del ser humano. Según la mitología nativa, estos seres habitan las laderas selváticas de la región de Cagayán, en la isla de Luzón, Filipinas, y se distinguen de los seres humanos básicamente por sus ojos amarillos de pupilas rasgadas, y en que pueden convertirse a voluntad en animales de la jungla, especialmente vampiros. Como tales, practican la necrofagia, es decir, que se alimentan de cadáveres humanos, que suelen desenterrar de los cementerios apartados.
El Boneless ( “El deshuesado”), existen muy pocas descripciones de este ser amorfo que puede verse ocasionalmente en los caminos rurales de las higlands noroccidentales y al que se conoce como it (“eso” o “la cosa”) en las islas Orkney y Shetland, en el Mar del Norte.