Si bien la mayoría de los autores coinciden en que las sociedades feéricas no existen las castas ni los niveles sociales, también se asume que los duendes que viven en clanes o grupos poseen un sistema de gobierno ejercido por un consejo de ancianos, quienes toman decisiones inapelables, en asambleas a puertas cerradas. Desde muy pequeños hay que considerar que los duendes dejan de ser bebes alrededorde los 15 a 20 años, los niños varones son entrenados por sus padres para vivir en la naturaleza, a la vez que comienzan a practicar algún oficio que les agrada, como la minería, carpintería, etc. Sin embargo, durante su larga vida tendrán que practicar casi todos los oficios pues a la mayoría no le gusta depender de la ayuda ajena. Las niñas duendes, por su parte, aprenden a cocinar, recoger hongos, frutos silvestres, bordar, tejer, coser y todo lo que involucre el cuidado del hogar, pues, una vez casadas, rara vez lo abandonan excepto para su recolecciones o para alimentar a los animales de corral. Al llegar a los 100 años de edad (la cuarta parte de su vida), el duende elige la fecha de su cumpleaños, que puede no coincidir con la real, y ese día es presentado al Consejo de ancianos para su incorporación como adulto a la comunidad y su ingreso a la vida independiente, generalmente previo casamiento, ya que muy pocos de ellos permanece soltero toda su vida. Más aún, la sociedad feérica acepta de buen grado la poligamia, y los duendes más afortunados poseen hasta 12 o 15 esposas, que colaboran afablemente entre sí para realizar las tareas del hogar y educar a los niños. Para casarse y separarse de su familia, el duende varón debe, primero, construir su casa o buscar una morada definitiva, suficientemente amplia para albergar lo cómodamente a él y a su futura familia.